Hace muchos años un grupo de compañeros se reunieron en torno a un tema que convocaba el ejercicio de su amistad. Hablaron entre copas de un valor muy importante que se había perdido con la llegada de los nuevos tiempos, se referían entonces al valor de la palabra, ese valor que desde siempre había sido el legado mas grande de los abuelos quienes cerraban un negocio con un apretón de manos y quienes podían decirse las verdades compartiendo un trago y sabían el significado exacto de la amistad con solo un abrazo. desde entonces este grupo de defensores  de la verdad y de las nuevas costumbres, dedicaron su empeño a rescatar tan preciado valor, desde su ejemplo y prediccion en reuniones  donde algún sentimiento de amistad fuera el anfitrión, hasta las misma enseñanzas que heredaban a sus mismos hijos. dicha celebración distinguía siempre, la existencia de una gran amistad y se sellaba con un brindis entorno a una botella de aguardiente, un trago tan noble como quienes lo sabían compartir entre amigos, tan cercano como los que estamos juntos en las buenas y en las malas y tan alegre como la amistad, que es el alma de cualquier fiesta, en donde el honor a la verdad se reconoce un amigo. 

Es así que un año tras año, generación tras generación se ha podido revivir un gran valor para los hombres de verdad y se ha evidenciado desde siempre,  que entre amigos la verdad es una sola y que la amistad es para celebrarla donde sea y pa las que sea.